FELINA (María Lorenzo Hernández, 2023)

Identidades

Reconozco mi predilección por la obra de María Lorenzo Hernández y admiro la capacidad que tiene para experimentar con diferentes texturas. Sus piezas crecen en un planteamiento estético que se asienta sobre un cúmulo de disciplinas artísticas: música, arte, fotografía y cine, que son el eje cardinal sobre el que pivota una magnífica trayectoria.

    Sus primeros trabajos –La pantera de Rilke (2000) y Retrato de D (2004)- están formulados en clave pictórica: pintura animada y acrílicos con acetatos. Posteriormente, sigue ensayando en piezas tan destacadas como La flor carnívora (2009), El gato baila con su sombra (2012), La noche del océano (2015) e Impromptu (2017).

   En Esfinge urbana (2020) no hay dibujo, aunque Lorenzo se apoya en 1.200 fotografías que realiza como homenaje al arte urbano que embellece la ciudad y donde cavila sobre la mirada.

   Sigue la misma línea de investigación en Fashion victims 2.0 (2023), en la que efectúa una intervención animada sobre el mural elaborado por el artista urbano valenciano ESCIF en 2022. En la misma denuncia la inacción de los poderes ante el flagrante abuso en el trabajo infantil y las malas condiciones de vida de esta mano de obra barata que mantiene la industria de la moda desde países en vías de desarrollo.

   Felina (2023) traslada una historia que ya es universal gracias al séptimo arte: la doble condición humana y animal de una mujer maldita. Es un relato que aborda la autoestima y la propia identidad que nos lleva de inmediato a la cautivadora, inolvidable y mítica La mujer pantera (1942) de Jacques Tourneur.    Cuenta la travesía existencial de una mujer que puede transformarse en pantera, una joven enamorada de un pianista ciego que confía en ella, aunque todo se complica cuando se queda embarazada de cachorros.

La pieza, hecha en 2D en blanco y negro, está producida por Enrique Millán y forma parte del catálogo “Curts” del Instituto Valenciano de Cultura de la Generalitat Valenciana, que apoya este proyecto junto al Grupo I+D+i Animación de la Universidad Politécnica de Valencia y À Punt Mèdia.

En esta cinta se aprecia nuevamente el dominio artístico de María Lorenzo, que crea con un trazo enérgico el perfil casi picassiano de los ojos de la protagonista de este thriller emocional. Los personajes se integran en una atmósfera noir donde las arquitecturas de la urbe oscura custodian las andanzas de una pareja en peligro.

   Mención especial merece la música “jazzística” de Armando Bernabeu Lorenzo, colaborador habitual de la directora, quien pone el alma a la pieza, acentuando el tono de intriga de este imponente trabajo que deja abierta una ventana a la luz, al optimismo.     En suma,otra obra importante de la creadora alicantina, quien reivindica la necesidad de luchar para vencer nuestros miedos y conseguir nuestra propia libertad. Sólo así el ser humano será tratado en condiciones de igualdad, sea o se sienta diferente.