El Carnaval de Cádiz se nutre del pueblo para dar esplendor a su fiesta de la palabra. Personajes anónimos que habitan la Tacita y sus pueblos aledaños dejan de serlo durante unas semanas cada año para cantar a Cádiz coplas que veneran la ciudad y que también expresan su realidad social.
Los carnavaleros -los que tienen esa inmensa suerte- mantienen situaciones laborales dispares. Respecto a la relación entre la empresa y estos artistas fugaces me parece una idea muy plausible y sugerente la emprendida por Airbus Cádiz, antigua CASA y semillero del Carnaval de Cádiz –Antonio Martín, por ejemplo- que ha determinado iniciar un reconocimiento anual a los carnavaleros de esta empresa que han hecho historia en el carnaval gaditano.
En esta primera edición han decidido nombrar Carnavalero del grupo de empresa en 2024 a Carmelo Fernández Olmedo, una distinción absolutamente merecida. Nadie mejor que él puede encarnar la sabiduría y humildad del que crea y no alardea: ese es Carmelo, al que han dedicado un homenaje junto a otro (póstumo) al gran Manolo Cornejo, el mítico “Don Adolfo”.
Desde luego, conociendo a Carmelo, la alegría es doble: por la admiración que siente por el añorado chirigotero y porque, además, el primer premio de chirigotas de este año, Los exageraos, de su amigo Juan Miguel Villegas, cerró el emocionante acto.
Así pues, bienvenida sea esta iniciativa que reconoce a las gentes del Carnaval y más aún en el caso de Carmelo Fernández Olmedo, quien lleva casi 50 años haciendo grande esta fiesta: sin estridencias y con humildad, pero con mucho talento.
¡Enhorabuena, querido Carmelo!
Corto pero Intenso 